Tenemos muchas caras y por esta razón algunos autores señalaron que el autoconcepto no es más que un conjunto de máscaras y que el hombre es como un camaleón, en cuanto que maneja,gobierna y guia sus acciones de acuerdo con el tipo de persona que desea presentar a los demás.No por eso podemos afirmar que el autoconcepto sea absolutamente inconsistente y mutable.Pero sí que se puede decir que sin perder nuestra propia identidad, hay ciertos elementos de nuestro yo que destacamos y maquillamos en unas situaciones más que en otras.Hay personas que son más conscientes de si mismos como objetos sociales,preocupandose mucho por la imagen pública que proyectan,estas personas según algunos autores , tienden a mostrar mayor ansiedad social,vulnerabilidad a la critica,moderación a la hora de expresar su opinión cuando participan en una discusión y cambian de opinión más fácilmente.
Las personas menos preocupadas por controlar su imagen pública valoran la consistencia entre lo que son internamente y como se conducen externamente,desean expresar sus actitudes y sentimientos incluso cuando estos no sean populares.
La preocupación por los aspectos públicos, que no es mala si no es exagerada, es animada muy pronto por la familia o por la escuela.Los niños desde pequeños son animados a cumplir lo que otros esperan de ellos,a ser niños buenos.
Los ambientes que claramente refuerzan o penalizan al niño por su presentación pública le recuerda al niño que los aspectos públicos del yo son importantes.
La comparación social tiene mucha importancia en la formación del autoconcepto académico,sobre todo desde el momento en que en el ámb
ito escolar se introduce el valor de las notas.Cuando las comparaciones sociales sean nocivas para la autoestima es conveniente animar a las personas a realizar,comparaciones internas,intraindividuales instándoles a comparar sus resultados actuales con su rendimiento pasadoy calibrarsu progreso.
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