Teniendo en cuenta lo que se viene afirmando sobre el autoconcepto, cabe esperar que el autoconcepto físico evolucione y cambie en distintas épocas de la vida y en función de las experiencias e interpretaciones de la persona. Conforme a las ideas más extendidas, no es esperable que en la infancia se cuente aún con un autoconcepto internamente diferenciado: los niños más bien, sustentarian una idea general acerca de sí mismos, tendente a ser positiva, y sólo al inicio de la adolescencia se iniciara un proceso de distinción. El bebé en su primer año de vida no tiene aún capacidad de discriminar entre el propio yo y el de los otros.
Es habitual también afirmar que se trata de una etapa decisiva en la formación del autoconcepto, pero que ésta depende más de la percepción que del niño tienen sus padres, que de su propia experiencia.
Curiosamente,según varios estudios e investigaciones en diferentes idiomas y culturas, las mujeres sólo superan a los hombres en la puntuación de varias escalas, en el atractivo físico, en las otras escalas (habilidad, condición y fuerza) las diferencias intergenero son significativas a favor de los hombres.
En conclusión, las puntuaciones del autoconcepto físico son mayores en la edad adulta que en la adolescencia y juventud; y si además se tiene en cuenta la variable género, resulta que en las escalas de condición, atractivo y autoconcepto físico general las puntuaciones de las mujeres adultas son más altas que las obtenidas en edades inferiores, y en hombres tan sólo en la escala de atractivo físico se produce un ascenso con la edad.
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