viernes, 4 de mayo de 2012

CARTA DE UNA MADRE A SU HIJA- HIJO


Antes de morir, hija mía, quisiera estar segura de haberte enseñado....


A disfrutar del Amor,
a confiar en tu Fuerza,
a enfrentarte a tus miedos,
a entusiasmarte con la vida.

A pedir ayuda cuando la necesites,
a permitir que te consuelen cuando sufres,
a tomar tus propias decisiones,
a hacer valer tus elecciones.

A ser amiga de tí misma,
a no tener miedo al rídiculo,
a darte cuenta de que mereces ser querida,
a hablar a los demás amorosamente.

A decir o callar según tu conciencia,
a quedarte con el crédito por tus logros,
a amar y cuidar la pequeña niña dentro de tí,
a superar la adicción a la aprobación de los demás.

A no absorber la responsabilidad de todos,
a ser consciente de tuss sentimientos y actuar en consecuencia,
a no perseguir el aplauso, sino tu sastifacción con lo hecho,
a dar porque quieres, nunca porque crees que es tu obligación.

A exigir que se te pague adecuadamente por tu trabajo,
a aceptar tus limitaciones y tu vulnerabilidad sin enojo,
a no imponer tu criterio, ni permitir que te impongan el de otros.

A decir sí solo cuando quieras y decir no sin culpa,
a vivir el presente y no tener expectativas a tomar más riesgos,
a aceptar el cambio y revisar tus creencias.

A trabajar para sanar tus heridas viejas y actuales,
a tratar y exigir ser tratada con respeto,
a llenar primero tu copa y después la de los demás,
a planear sobre el futuro, pero no vivir en él.

A valorar tu intuición
a celebrar las diferencias entre los sexos,
a desarrollar relaciones sanas y de apoyo mutuo,
a hacer de la comprensión y el perdón tus prioridades.

A aceptarte así como eres,
a no mirar atrás para ver quien te sigue,
a crecer aprendiendo de los desencuentros y de los fracasos,
a permitirte reir a carcajadas por la calle sin ninguna razón.

A no idolotrar a  nadie y a mí ...........menos que a nadie.



domingo, 22 de abril de 2012

EL ARBOL DE MI VIDA

En el silencio de mi reflexión
percibo todo mi mundo interno
como si fuera una semilla,
de alguna manera pequeña e insignificante
pero también plétorica de posibilidades.

Y veo en sus entrañas
el germen de un árbol magnífico,
el árbol de mi propia vida
en proceso de desarrollo.

En su pequeñez, cada semilla contiene
el espíritu del árbol que será después.

Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol,
cayendo en tierra fértil,
absorbiendo los jugos que la alimentan,
expandiendo las ramas y el follaje,
llenándose de flores y de frutos
para poder dar lo que tienen para dar.

Y tantas son las semillas como son los sueños secretos.
Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el momento de germinar,
echar raíces y darse a luz, morir como semillas.....
para conventirse en árboles.
Arboles magníficos y orgullosos
que a su a vez nos digan, en su solidez, que oigamos nuestra voz interior
que escuchemos la sabiduria de nuestos sueños semilla.

Ellos, los sueños, indican el camino
con símbolos y señales de toda clase,
en cada hecho, en cada momento,
entre las cosas y las personas,
en los dolores y en los placeres,
en los triunfos y en los fracasos.
Los sueños nos muestran el rumbo en presentimientos huidizos,
o en relámpagos de lucidez cegadora.

Y así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos......
Un día, mientras transitamos este eterno presente que llamamos vida,
las semillass de nuestros sueños
se transformarán en árboles,
y desplegarán sus ramas, que, como alas gigantescas, cruzarán el cielo,
uniendo en un solo trazo nuestro pasado y nuestro futuro.
Nada hay que temer ....
Una sabiduria interior las acompaña....
Porque cada semilla sabe como llegar a ser árbol.

martes, 27 de marzo de 2012

LA EMERGENCIA DEL SER Y SU CRECIMIENTO

El ser, en los comienzos de la vida, es una realidad totalmente inconsciente. Pero, igualmente, es una realidad evolutiva, movida por un dinamismo de crecimiento que lo impulsa sin cesar a actualizar las potencialidades que lo constituyen y a aparecer a la conciencia del sujeto.

El fenómeno de la emergencia del ser procede de estos dos movimientos interactivos: actualización y concienciación de las  riquezas del ser. Por tanto, esta emergencia no se hará sino en un cierto estadio de maduración de la inteligencia que permite la toma de consciencia, y del cuerpo que hace posible la acción.
Se distinguen tres tiempos  en este fenómeno de emergencia:

 -Un tiempo en el que la persona realiza actos que ponen en práctica potencialiadades hasta entonces ignoradas por ella, apoyándose  en una intuición a menudo poco consciente y frágil de aquello, quizás, no está fuera de su alcanza.En esta etapa, la persona es muy dependiente de la fe que su entorno pone en ella y en su capacidad de lograrlo.

-Un segundo tiempo en el que la persona toma conciencia de que tiene una capacidad.Las experiencias positivas realizadas le sirven de referencias para afirmar  la certeza de su aptitud.

-Un tercer tiempo viene cuando la persona ha adquirido una larga experiencia del ejercicio de su don y se ha topado con los límites constitutivos de este aspecto positivo.

El presentimiento, la certeza, y después la evidencia constituyen las tres fases de la emergencia y por lo tanto, del conocimiento experiencial de las realidades de la identidad.

miércoles, 7 de marzo de 2012

viernes, 2 de marzo de 2012

EL TERMÓMETRO DE LA AUTOESTIMA

"-¡Pero no hay  a quien juzgar!-exclamó el principito.
-Te juzgarás a ti mismo - le respondió el Rey.- Es lo más díficil. Es mucho más díflicil juzgarse a sí mismo que a los demás . Si logras juzgarte bien a tí mismo eres un sabio.

Antoine De Exupéry
El principito 1943

"No debemos valorar a las personas por sus opiniones, sino por lo que sus opiniones hace de ellas."

Georg C. Lichtenberg,
Aforismos,1790.

domingo, 26 de febrero de 2012

Es  verdaderamente difícil imaginar una vida sin conciencia de uno mismo.Una vida sin recuerdos, sin sentido del tiempo ni del espacio, en la que los símbolos no tengan significado. Una vida sin autobiografía, donde las personas más queridas nos parezcan seres extraños. Hoy por hoy, este es desafortunadamente el destino de los afligidos por el cruel alzheimer. Todos terminan en un estado vegetal, despojados de las facultades del alma que los definian como seres humanos.
 El sufrimiento y la ruina asociados a esta dolencia incurable explican que tantos enfermos, al enterarse de su terrible prognosis, se despidan de este mundo para siempre, como hacen los moribundos en el lecho de muerte. Y es que, dado que esta aflicción cerebral no daña el músculo cardíaco ni otros órganos vitales, los afectados se mantienen vivos un promedio de nueve años .

Cada dia vivimos más, y gracias a los avances de la medicina las demencias relacionadas con la edad de las neuronass se diagnostican con mayor frecuencia, Con todo, el porcentaje de personas entre ochenta y cinco y cien años que padecen estas dolencias no alcanza al 40 por 100. Por otra parte, los espectaculares adelantos en ingeniería genética y el uso terapéutico de células madre , los avances en inmumología y el descubrimiento en el laboratorio de la capacidad regenerativa de algunas de las neuronas encargadas de alimentar la luz de la conciencia dan esperanza a la posibillidad de encontrar un dia no muy lejano la forma de prevenir o curar estos males tan devastadores.

Como hemos visto, encender la bombilla que nos permite observarnos y ser conscientes de nosotros mismos es un don maravilloso. Es también el primer requisito en la construcción de nuestro "yo".  El paso siguiente es la introspección , la capacidad de examinarnos internamente y analizar nuestras ideas , nuestras emociones y nuestros actos.

viernes, 24 de febrero de 2012

En condiciones normales, el nivel de conciencia varía según las circunstancias.Por ejemplo, cuando nos despertamos por la mañana la luz de la conciencia se enciende, pero no alumbra la totalidad de nuestro ser. Normalmente notamos las sensaciones corporales  de calor o frío, de energía o de cansancio, de tranquilidad o de inquietud. Llevamos a cabo automáticamente  tareas rutinarias como asearnos , desplazarnos al trabajo, comer o hacer ejercicio, sin pararnos a pensar y sin alcanzar una conciencia plena de lo que estamos haciendo.

Por lo general, no somos conscientes del funcionamiento del cuerpo. De hecho, somos mucho mas sensibles a las averías de los órganos internos que a sus actividades normales.Pero habitualmente utilizamos la luz de la conciencia cuando nos enfrentamos a decisiones importantes, analizamos nuestras relaciones afectivas, cuidamos nuestra imagen pública, programamos nuestro futuro, tratamos de entender nuestros deseos o comportamientos, examinamos nuestra biografia o reflexionamos sobre el significado de la vida y nuestro papel en este mundo.

Con todo, una cosa es estar despierto y otra distinta es ser consciente de uno mismo.Para ser conscientes no bastan los estímulos del sistema reticular, sino que se requiere además el buen funcionamiento de otras áreas del cerebro, como la corteza y el tálamo, y las múltiples conexiones que existen entre ellas.